jueves, 7 de julio de 2011

MEXICO INSURGENTE

Buenas a todos hoy les dejo uno de los temas de "Atrapados en Azul" donde Ismael hace referencia a la lucha de los campesinos de Chiapas, comandados por el Sub Comandante Marcos, y los indios de Mexico para liberarse de la opresión que estaban sufriendo.
En la canción Ismael hace referencia también a los personajes líderes de esta revolución. Les dejo una pequeña reseña del hecho y una pequeña biografía de los líderes.
Si alguno quiere colaborar con algo de información, con una opinion o comentario esmuy bienvenido.

MEXICO INSURGENTE


Disco: Atrapados en azul
Estreno: anterior a marzo de 1995
Letra: Daniel Serrano
Música: Ismael Serrano

En el estado de Chiapas, muy cerca de Guatemala,
las masas de campesinos se han levantado en armas.
El Subcomandante Marcos se llama aquel que les manda,
y lucha junto a los indios para liberar la patria.

Los milicos le persiguen y quisieran que acabara
como aquel héroe del pueblo, comandante Che Guevara.
El primer día de enero bajaron de las montañas,
guerrilleros zapatistas para lanzar sus proclamas.

Piden tierra y libertad, como Emiliano Zapata,
y a lomos de su caballo toda América cabalga.
Los hijos de mil derrotas, y su sangre derramada,
van a reescribir la historia, y han empezado por Chiapas.

Piden tierra y libertad, como Emiliano Zapata,
y declaran este estado zona revolucionaria.
Mejor que morirse de hambre es pelear con dignidad,
y que sirva cada bala para defender la paz.

Vivan los héroes de Chiapas y el Subcomandante Marcos,
que vivan Villa y Zapata, y que caigan los tiranos,
que vivan Villa y Zapata, y que caigan los tiranos.


Comentario de Ismael:

Méjico insurgente o la revolución soñada
Escribí Méjico insurgente porque Carabina 30 ya estaba escrita, y Elia Kazan y Diego Rivera me habían hecho amar una revolución que fue tan traicionada que hizo necesario que en el humo de pipa de un universitario de Ciudad de Méjico naciese otra rebelión encapuchada y libre como ninguna, un poema en la jungla que pedía música y canciones, y se las dimos, tantos.
Escribí Méjico insurgente porque quise estar al lado de los que luchan, fusil contra fusil, porque Eisenstein, y Frida Khalo amamantando a Trotsky, y Buñuel me decían cosas de un país en el que al morir el siglo rompería a crecer un sueño.
Escribí Méjico insurgente porque no tenía una bala a mano con la que disparar contra el cielo sucio de la miseria, así que me puse a escribir y escuchaba una vieja cinta de casette con corridos de la revolución mejicana: Los dorados de Villa y muchas otras canciones que un acordeón desafinado llenaba de esperanzas viejas y ahora, me dije, han llegado otros que vuelven a hacer de este planeta un lugar digno de ser habitado.
Es decir, supongo que escribí Méjico insurgente porque soy de los que piensan que la Historia no ha hecho más que comenzar y que necesitamos mitos para cambiar la vida, y que la revolución siempre está en marcha.

CHIAPAS:

 El estado de Chiapas está localizado en el sureste de México, es conocido por sus zonas turísticas, que incluyen atractivos naturales, ruinas de civilizaciones precolombinas, ciudades coloniales y el contacto directo con diferentes grupos culturales que cohabitan en este estado. Colinda al este con Guatemala, al oeste con Oaxaca, al norte con Tabasco, al sur con Océano Pacífico y al noroeste con Veracruz. Se divide en 118 municipios y en 7 regiones fisiográficas: llanura costera del pacifico, sierra madre de Chiapas, depresión central, bloque central, montañas del norte, montañas del oriente y llanuras aluviales del norte.
Aunque el actual territorio de Chiapas fue poblado por avanzadas culturas desde hace más de 3 milenios (Olmecas en la zona de Pichucalco: 1000 A C; y, Mayas en el noreste: 600), sus orígenes como entidad no se comienzan a configurar sino hasta el tercer cuarto del siglo XVIII de nuestra era dentro del orden colonial español, cuando se le da rango de Audiencia Real dentro de la Capitanía General de Guatemala, a su vez dependiente del Virreinato de la Nueva España. Esta Audiencia incluía el actual estado menos la zona fronteriza (Comitán, Comalapa, etc.) y el Soconusco. Con la independencia de México, la Capitanía General de Guatemala y la Real Audiencia de Chiapas quedan a su vez independizados. La Capitanía General de Guatemala se une al Primer Imperio Mexicano de Iturbide en 1823, con lo que a su vez Chiapas también queda anexado. Con la disolución de este imperio, la Capitanía se separa de México, este hecho provoca que surjan 2 bandos los que quieren la separación total de México, predominantemente iturbidistas, y los que desean permanecer. Fue así como se convocó al plebiscito dando como resultado que 96,829 habitantes se pronunciaron por integrarse a México; 60,400 por Guatemala; y 15,724 se manifestaron neutrales. Tras este hecho sin precedente, el estado demostró ser cuna de la democracia más pura anexándose a México el 14 de septiembre de 1824.
Posteriormente en 1840 se le anexa a Chiapas una parte de los Altos de Guatemala, la zona conocida como Fronteriza, y en 1842 se anexa también el Soconusco, con lo que a partir de ese año Chiapas mantiene su extensión actual.
El estallido social desencadenado por la Revolución Mexicana de 1910 se detuvo en la frontera del estado. Los principales terratenientes se coaligaron haciendo de Chiapas una especie de fortaleza para proteger el sistema (feudal) de la finca y los privilegios a las minorías dominantes, en detrimento de los indígenas y de una clase mestiza servil a sus intereses. Así, las tropas revolucionarias de Venustiano Carranza fueron repelidas por el ejército de los latifundistas, conocido como ejército mapache. Este hecho tiene similitud con las fuerzas confederadas y sureñas en la guerra de secesión en los EE UU, sólo que en este caso no surgió un Abraham Lincoln que doblegara hasta el último bastión de resistencia anti demócrata. Al finalizar la Revolución mexicana, el poder triunfante firmó un pacto con los terratenientes chiapanecos de gobernabilidad a cambio de respeto a los privilegios de estos segundos. Así, las reformas implementadas por los gobiernos post-revolucionarios tuvieron un impacto mucho menor en el Chiapas. Durante las décadas venideras, esto repercutió en el bajo desarrollo económico de esta parte del país. Así, por una parte las élites locales se volvieron simples latifundistas agropecuarios, cuyas pequeñas fortunas no podían -ni hasta ahora lo pueden- compararse con las de los industriales en el norte del país. Por otra parte, Chiapas siguió siendo zona de exclusión de los avances en materia de respeto a los grupos étnicos y en general a minorías que en el resto del país se fueron logrando a lo largo del s. XX. La pobreza acumulada aunada a estas carencias en respeto a las minorías indígenas fue caldo de cultivo para el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el 1 de enero de 1994

GUERRILLEROS ZAPATISTAS:

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) es una organización político-militar cuyo mando tiene por nombre Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General (CCRI-CG) del EZLN, derivado de su composición mayoritariamente indígena. Salió a la luz pública en el estado mexicano de Chiapas el 1 de enero de 1994 al tomar varias cabeceras municipales el mismo día que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
La teoría y la praxis zapatistas lo colocan a la par de otros movimientos de la llamada posguerra fría, tales como el sin-tierra brasileño, el piquetero argentino, el cocalero boliviano, el okupa europeo, o el antiglobalización de sectores de las sociedades urbanas; ligados a un discurso y un quehacer etiquetado como contracultural que algunos autores identifican con una supuesta Generación Z de movimientos de izquierda y anticapitalistas que no buscan, a diferencia de otros movimientos estadocentristas, la toma del poder estatal.
Su lucha, a la que se puede dar un seguimiento de la mano de sus seis declaraciones políticas, se puede expresar con tres planteamientos mínimos que van de lo local a lo global:

1.     La defensa de derechos colectivos e individuales negados históricamente a los pueblos indígenas mexicanos.
2.     La construcción de un nuevo modelo de nación que incluya a la democracia, la libertad y la justicia como principios fundamentales de una nueva forma de hacer política.
3.     El tejido de una red de resistencias y rebeldías altermundistas en nombre de la humanidad y contra el neoliberalismo.

EMILIANO ZAPATA:

Emiliano Zapata Salazar (aproximadamente 1879-1919), el Caudillo del sur, fue uno de los líderes militares más importantes durante la Revolución Mexicana.
Emiliano Zapata Salazar nació en San Miguel Anenecuilco, municipio de Ayala, en el estado de Morelos, el día 8 de agosto de 1879. Fue hijo de Gabriel Zapata y de Cleofas Salazar, y formó parte de una típica familia campesina.

La revolución maderista y el Plan de Ayala

A finales de ese mismo año, Pablo Torres Burgos fue enviado a Estados Unidos por Emiliano Zapata para que se pudiera entrevistar con Francisco I. Madero. El resultado de esta entrevista fue la decisión de tomar las armas por Emiliano Zapata y otros 72 campesinos y con Juan Moreno, Rafael Moreno, Maurilio Mejia y José Vergara. Esto lo hicieron el día 10 de marzo de 1911, cuando proclamaron el Plan de San Luis. Se dirigió hacia el sur, pues ya era perseguido por Aureliano Blanquet y su batallón de soldados. En este período del movimiento zapatista sobresalen las batallas de Chinameca, Jojutla, Jonacatepec, Tlayecac y Tlaquiltenango, así como la muerte del zapatista y antiguo líder del movimiento suriano, Pablo Torres Burgos, que incluso precedió al mismo Emiliano. A la muerte del mismo, Emiliano Zapata es elegido, por la junta revolucionaria del sur en 1911, nuevo jefe revolucionario-maderista del sur. Las reivindicaciones zapatistas, que suponían una reforma agraria radical (La tierra es de quien la trabaja) fueron inaceptables para los sucesores de Porfirio Díaz. Lo mismo se puede decir de Francisco León de la Barra quien, haciendo uso de su facultad de presidente, encabezó diversos enfrentamientos políticos y armados con el jefe suriano, e incluso del mismo Francisco I. Madero.
Zapata se negó a desarmar a sus tropas, según lo acordado por los Tratados de Ciudad Juárez, sin que antes se realizara el reparto de las haciendas del Estado. Esto dio lugar a que Francisco León de la Barra, presidente interno, lo considerara bandido y rebelde, mandando fuerzas a perseguirlo. Mil hombres bajo el mando de los generales Victoriano Huerta y Aureliano Blanquet fueron enviados a combatirlo. Para agosto del citado año de 1911, Francisco I. Madero quedó de entrevistarse con Emiliano Zapata en Yautepec para buscar una solución pacífica en el conflicto suriano, con el fin de convencerlo de que licenciara sus tropas, al tiempo que Zapata era fuertemente criticado por la prensa conservadora del país. En la reunión no se logró ningún acuerdo, dicho por Madero, pues el mismo estaba convencido de que no podía acordar el previo reparto agrario. El gobierno federal reiteró su decisión de imponer el orden por la violencia, y Zapata se desplegó con sus tropas a los límites entre Guerrero y Puebla, escondiéndose del gobierno y generando emboscadas a pequeños contingentes federales. Cabe destacar que durante ese lapso Zapata se casó formalmente con Josefa Espejo (su única mujer legítima, ya que durante la Revolución tuvo infinidad de mujeres; su secretario particular comenta que tuvo alrededor de 22, quizá mas). El padrino de la boda fue el propio Francisco I. Madero.
El 25 de noviembre de 1911 Zapata lanzó el Plan de Ayala, redactado por Otilio E. Montaño, documento que se convertiría en su estandarte y en el fiel ejemplo de la ideología de los campesinos morelenses. En él se exigía la redención de los indígenas y la repartición de los latifundios otorgados durante el porfiriato. Se desconocía a Francisco I. Madero como presidente y se reconocía a Pascual Orozco como jefe legítimo de la Revolución Mexicana. Además, el documento postulaba que, en vista de que no se había cumplido con lo que se le había prometido al campesinado, la lucha armada era el único medio para obtener justicia.
Durante 1912, Emiliano Zapata combatió al Ejército Federal que, al mando de los generales Arnoldo Casso López, Juvencio Robles y Felipe Ángeles, buscaba la pacificación en los estados del sur. Los zapatistas buscaron defenderse y lo hicieron "brutalmente", según la versión del Ejército Federal: en las narraciones de los ataques zapatistas son comunes las referencias a asaltos, incendios, violaciones, etcétera. Lo cierto es que dichas narraciones eran alteradas para justificar los desastres cometidos por los miembros del Ejército Federal. En ese año sobresalen los ataques a Tepalcingo, Yautepec, Cuautla y Cuernavaca, aunque debe afirmarse que en ese entonces el movimiento zapatista era muy débil, tanto en el ámbito político como en la rama militar, sobre todo cuando la campaña del gobierno maderista contra los sublevados surianos quedó a cargo del general Felipe Ángeles. Por sus métodos civilizados y tolerantes, le restaban bases al zapatismo, pues Ángeles simpatizaba con ellos.

La lucha en el sur a la muerte de Madero

Tras el asesinato de Francisco I. Madero y el ascenso en el poder de Victoriano Huerta, la lucha armada se exacerbó y Zapata fue uno de los jefes revolucionarios más importantes, al tiempo que introdujo importantes reformas en Morelos. Posteriormente, estas posturas lo opusieron al nuevo presidente (Venustiano Carranza). Una vez en el poder, Victoriano Huerta envió una comisión encabezada por el padre de Pascual Orozco, Pascual Orozco (Padre) a pactar la paz con Emiliano Zapata. Esto le facilitaría tener un frente menos de guerra en el país. Éste, que contaba ahora con el dominio de Morelos y parte del Estado de México, del estado de Guerrero, de Puebla y de Tlaxcala, se negó a pactar con aquellos a quienes él llamó “asesinos de Madero”. Fusiló al emisario de Huerta, envió una carta al general Félix Díaz, repudiando al gobierno de Huerta y, para el mes de mayo de ese mismo año, reformó su Plan de Ayala, declarando que Victoriano Huerta era indigno de la presidencia del país. A Pascual Orozco se le retiró el cargo de Jefe de la Revolución. Zapata quedó entonces como único jefe del Ejército Libertador del Sur. Sin embargo, es preciso consignar que el hecho de reconocer el Plan de Ayala implicaba el no reconocimiento del Plan de Guadalupe, convirtiendo a Zapata, a Francisco Villa, a Álvaro Obregón y a Pablo González Garza, todos ellos en encarnizadas batallas en el norte del país, en luchadores de una causa aislada.
En los primeros meses de 1914, Zapata tomó Jonacatepec y Chilpancingo, y ese mismo año su ejército constaba ya de 27,000 hombres, por lo que para abril ya había controlado por completo el estado de Morelos y algunos lugares de Guerrero. Poco después conquistó Cuernavaca y para junio se acercó a la ciudad de México, ocupando Cuajimalpa, Xochimilco y Milpa Alta, amagando a esta ciudad. Sin embargo, las fuerzas constitucionalistas les cerraron el paso, al ocupar la ciudad de México antes que las propias zapatistas, las cuales se encontraban más cerca. En septiembre, Venustiano Carranza envió a Juan Sarabia, a Antonio I. Villarreal y a Luis Cabrera a conferenciar con Emiliano Zapata, pero nuevamente el caudillo suriano exigió la renuncia de Venustiano Carranza al Poder Ejecutivo, y el reconocimiento del Plan de Ayala. Los emisarios, como toda respuesta, abandonaron su campamento y el estado, pues Carranza rechazó rotundamente sus peticiones, calificándolas de "inadecuadas".

El Gobierno Convencionista

En ese mismo mes, Zapata, desde su cuartel general de Cuernavaca, promulgó la entrega de tierras a los pueblos. Invitado por varios delegados de la Convención de Aguascalientes, en la que los tres grupos más importantes que participaron en la Revolución Mexicana intentaron dirimir sus diferencias, Zapata no fue en persona al citado evento, pero envió a una comisión, integrada por Antonio Díaz Soto y Gama (quién protagonizo el Incidente de La Bandera), Leobardo Galván, Paulino Martínez, Manuel J. Santibáñez y Manuel Uriarte, quienes quedaron en calidad de observadores hasta que la Convención optó por desconocer a Venustiano Carranza. Así pues, Emiliano Zapata se unió con Francisco Villa y ambos reconocieron a Eulalio Gutiérrez como presidente provisional de México, no así el encabezado por Venustiano Carranza, lo que provocó la continuación de la guerra civil. A finales de noviembre, la poderosa División del Norte y el Ejército Libertador del Sur entraron en la ciudad de México, alcanzando así fama nacional el movimiento zapatista como la otra cara de la moneda entre los campesinos surianos y los del norte. En su estancia en la capital, las tropas tuvieron una actitud más que pacífica: obtuvieron recursos mediante limosnas y evitaron los robos y asaltos de algunos bandidos que ensuciaban su nombre haciéndose llamar zapatistas. El 4 de diciembre de ese año Villa y Zapata tuvieron la célebre entrevista de Xochimilco, lográndose una alianza militar entre ambos ejércitos. Villa aceptó en cambio el Plan de Ayala, a excepción de sus acusaciones a Francisco I. Madero, quién había sido su redentor y se obligó a dar armas a Zapata.
Concretados estos acuerdos, Emiliano Zapata partió rumbo a Amecameca y tomó Puebla el 17 de diciembre de 1914, aunque en los primeros días de enero la plaza le fue arrebatada por las fuerzas del general Álvaro Obregón. Éste habría de dedicar sus mayores esfuerzos para combatir al poderoso ejército villista, dando lugar a que durante 1915 Morelos fuera gobernado por los campesinos levantados en armas, asesorados por los intelectuales de la lucha suriana. En 1916, una vez que Venustiano Carranza se había instalado en la ciudad de México y que Francisco Villa hubiera sufrido serias derrotas por parte del ejército de Álvaro Obregón, Carranza dispuso la ofensiva contra el zapatismo, al mando de Pablo González Garza. Con apoyo incluso de la aviación del ejército, Cuernavaca fue ocupada por los constitucionalistas en mayo y, aunque regresó efímeramente a manos de los zapatistas, quedó definitivamente en su poder el 8 de diciembre de ese mismo año. Ante la carencia de armas y ya sin el apoyo villista, en muy poco tiempo casi todas las poblaciones del estado quedaron en poder de los constitucionalistas. En 1917, Zapata, lanzando una contraofensiva, reconquistó Jonacatepec, Yautepec, Cuautla, Miahuatlán, Tecala y Cuernavaca.
En marzo expidió la ley administrativa para el estado, reabrió escuelas, creó instituciones para reiniciar la producción de alimentos del campo y continuó la guerrilla en zonas periféricas y de frontera. Sin embargo, en octubre del mismo año entró a Morelos el general Pablo González Garza, apoderándose del territorio. Para 1918, Emiliano Zapata era, al igual que Francisco Villa lo sería en 1920, un guerrillero con poco futuro, pues ante las constantes batallas y lo escaso de las municiones, la muerte de los cabecillas y la ley agraria de Carranza, que apaciguó la causa suriana, su movimiento, indudable manifestación del descontento campesino, no llegó a consolidarse como una verdadera organización político-militar. Siendo una rebelión de masas campesinas, se limitó a realizar su guerra de guerrillas a partir de 1918.

Muerte de Zapata

La guerra por parte del gobierno tomó perfiles despiadados. El gonzalista Jesús Guajardo le hizo creer a Zapata que estaba descontento con Carranza y que estaría dispuesto a unirse a él. Zapata le pidió pruebas y Guajardo se las dio. Acordaron reunirse en la Hacienda de Chinameca, Morelos, el 10 de abril de 1919, pero Zapata murió preso de una emboscada. No pocos condenaron el procedimiento. Además, esto dio lugar a que, una vez muerto, Zapata se convirtiera en el Apóstol de la Revolución y símbolo de los campesinos desposeídos. El movimiento continuó, aunque en franco declive, y los zapatistas acordaron nombrar a Gilbardo Magaña Cerda jefe del Ejército Libertador del Sur. Él sería el último: casi un año después, los antiguos compañeros de Zapata se integrarían al gobierno aguaprietista, y uno a uno serían asesinados por el mismo gobierno mientras trabajaban para la misma institución.

El cadáver de Zapata

Los seguidores de Emiliano Zapata reciben desde entonces el nombre genérico de zapatistas, aunque es muy importante hacer la distinción entre los zapatistas de tiempos de la Revolución Mexicana y los actuales zapatistas del sur de México.
Hace algún tiempo,se publicó un texto que cuestiona la versión oficial de la muerte de Zapata en la Hacienda de Chinameca. Hasta la fecha no ha habido una respuesta pública, con argumentos, ni siquiera de historiadores profesionales, que refute este cuestionamiento a la versión oficial. Sin embargo, ha provocado la molestia de quienes lo publicaron, porque les dicen que distorsionan la redacción de este punto, al parecer por la incapacidad de argumentar.
Zapata es el autor de la famosa frase «Es mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado». Dolores Ibárruri, "La Pasionaria", ciertamente la popularizó (al lado de otras frases de Esquilo) en sus discursos durante la guerra civil española.

Pancho Villa

Existen diversas versiones acerca del origen de Pancho Villa:

1.- Una es que cuando este se encontraba fugitivo de la ley, él fue rescatado por una pandilla de bandidos encabezada por un hombre llamado Francisco Villa quien lo recogió y lo alimentó. Al no tener adonde ir, Doroteo empezó a operar con esta pandilla asaltando pueblos y delinquiendo en otras áreas. Por su lealtad se ganó la confianza del jefe de la banda. En una ocasión Francisco Villa (jefe de la banda) sufrió una herida de bala por lo que, agonizando, nombró a Doroteo Arango como jefe de la pandilla de bandidos. Fue entonces que Doroteo cambió su nombre «Francisco Villa», a petición de la banda que ahora él encabezaría. Continuaron realizando actos de vandalismo regresando a la hacienda donde Doroteo había matado a Agustín López Negrete, donde el cuñado del fallecido lo buscaba para matarlo. Doroteo Arango (ahora bajo el nombre de Francisco Villa) acabó con la vida de su rival y los hombres de éste, empezando a seguir una causa en defensa de la clase obrera que era fuertemente explotada al punto de comparación con la esclavitud.
2.- Otra cuenta que el verdadero padre en realidad es Luis Germán Gurrola, pues Micaela Arámbula, su madre había sido su sirvienta y este al no reconocer a su hijo, fue bautizado por Agustín Arango, quien era hijo natural de Don Jesús Villa, abuelo paterno del muchacho, siendo de él de quien adoptó su apellido, llamándose Francisco Villa .
3.- Y por último existe otra versión que cuenta que una mujer de apellido Arango tuvo amoríos con Jesús Villa, que había pasado de residir en San Gabriel, Jalisco, a San Juan del Río en el estado de Durango, y que de ellos nació Agustín Arango. Aunque éste se debió haber llamado Agustín Villa Arango, se desconocen las causas de por qué Jesús Villa no dio nombre a su hijo y de por qué éste recibió el apellido de su madre. Agustín Arango contrajo matrimonio con Micaela Arámbula y de ellos nace Doroteo Arango. Finalmente, Doroteo Arango retoma el que su padre le contaba era su apellido legítimo para así hacerse llamar Francisco Villa como medida para ocultar su identidad.

Entrada en la Revolución
En 1910 se unió al movimiento maderista, primero a través de su compadre Eleuterio Soto, y después mediante Abraham González, con quién tenía ligas comerciales. El 17 de noviembre de 1910 atacó la Hacienda de Cavaría; ese mismo día se dedicó a reclutar gente para sus tropas desde un principio. En la lucha armada maderista se distinguió por su audacia y organización. La Revolución Maderista comienza a revelar el ingenio militar de Francisco Villa, en el Tecolote, engaña a las fuerzas del General Navarro poniendo sombreros sobre estacas para simular un contingente mayor, obligando al General Navarro a la retirada. Sobresalió como Jefe de las Batallas de San Andrés, Santa Isabel, Ciudad Camargo, Las escobas y Estación Bauche, contra el General federal Manuel García Pueblita. Además, participó en el mayor triunfo, al lado de Pascual Orozco: La Batalla de Ciudad Juárez, contra el General Juan N. Navarro a quién intentó fusilar incluso en contra de Francisco I. Madero. Después de tomar Torreón por unos momentos, Villa se hace de los primeros trenes de sus fuerzas, que después servirían para transportar grandes contingentes de la División del Norte. Después de intentar tomar Chihuahua y no poder hacerlo, logra su primera gran victoria: La toma de Ciudad Juárez. Esta toma es descrita por Enrique Krauze como una acción de película, mientras una parte de los efectivos distrae a los enemigos, en las afueras de Chihuahua, la otra al mando de Francisco Villa, intercepta y descarga dos trenes de carbón en la estación de Terrazas, sus hombres abordan los vagones y la caballería los sigue por fuera rumbo a Ciudad Juárez, en cada estación, a partir de Terrazas, Francisco Villa apresa al telegrafista y pide instrucciones a la base de Ciudad Juárez fingiéndose el oficial a cargo de los convoyes. La noche del 15 de noviembre de 1913, mientras los soldados y oficiales federales dormían en los cuarteles o se solazaban en las casas de juego, una señal diminuta anuncia el asalto, en un santiamén las tropas villistas toman el cuartel, la jefatura de armas, los puentes internacionales, el hipódromo y las casas de juego. Los periódicos norteamericanos y la opinión pública se sorprenden ante la increíble acción. En la Hacienda de Bustillos sostuvo una entrevista con Madero y recibió el grado de Coronel. Después de la firma de los Tratados de Ciudad Juárez abandonó las armas: entregó el mando de sus tropas a Raúl Madero y radicó en Chihuahua, dedicándose al comercio de ganado.
En 1912 dio muestras de su lealtad a Francisco I. Madero, al rechazar la invitación de Pascual Orozco para rebelarse. Más aún, retomó las armas para defender al gobierno maderista. Combatió en Chihuahua y Durango, y en Torreón se incorporó a las filas de la División del Norte Federal, que comandaba Victoriano Huerta. A su lado participó en las Batallas de Tlahualilo, Conejos y Rellano. Por su actuación militar fue ascendido a General Brigadier honorario. Victoriano Huerta, receloso de su brillantez a pesar de no ser militar de carrera y molesto por su independencia, con el pretexto de robo de una yegua lo procesó por insubordinación y ordenó su fusilamiento. Madero le salvó la vida, mediante la intervención de su hermano Raúl Madero y de Guillermo Rubio Navarrete. Como alternativa, fue enviado a la Ciudad de México y encarcelado en Santiago Tlatelolco. En su estancia en prisión conoció a Gilbardo Magaña Cerda, quién le enseñó a leer y le puso al tanto de los propósitos e ideales del agrarismo. A finales de 1912, Francisco Villa logró fugarse de prisión con la ayuda de Carlos Jáuregui, escribiente del juzgado de la cárcel. Tomó rumbo a Guadalajara y Manzanillo y logró llegar a El Paso, Texas. En el camino, el gobernador José María Maytorena le ayudó con dinero para proseguir su fuga. Ante los asesinatos de Francisco I. Madero y Abraham González en febrero y marzo de 1913, decidió retomar las armas contra el gobierno de Victoriano Huerta ante los llamados de los líderes militares del norte, encabezados por el Gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza que llamaban a levantarse contra el usurpador. Ayudado una vez más por Maytorena, cruzó la frontera y se internó en Chihuahua. Con una fuerza de escasos nueve hombres inició su participación en el movimiento constitucionalista.
Comienza así una nueva etapa en la Revolución Mexicana, en la cual Francisco Villa alcanza sus máximos éxitos militares al mando de la División del Norte, cuyo objetivo era avanzar desde Chihuahua al Centro del País y tomar plazas estratégicas resguardadas por el Ejército Federal. Para ese año contaba ya con seiscientos hombres. Venustiano Carranza pronto lo nombró General Brigadier, después de que se adhirió al Plan de Guadalupe, y cabecillas como Tomás Urbina, Rosalío Hernández, Toribio Ortega Ramírez, Manuel Chao y otros, lo reconocieron como su jefe. Atacó exitosamente Estación Bustillos y Casas Grandes, Chihuahua, quedando dueño de la zona del noroeste del estado. En agosto logró tomar San Andrés, defendido por el General Félix Terrazas; continuó su campaña acumulando victorias, incluso fuera del estado: Áviles, Ciudad Lerdo, Gómez Palacio y Torreón, aunque esta última haya sido una toma efímera. En septiembre se constituyó la famosa División del Norte del Ejército Constitucionalista, en la que figuraron Toribio Ortega Ramírez, Rodolfo Fierro, Juan Medina, Maclovio Herrera, Tomás Urbina y Manuel Chao entre otros, y de la que Francisco Villa fue nombrado general en jefe. En noviembre de 1913 mostró su genio guerrillero y su capacidad militar en la Batalla de Tierra Blanca, aún antes de contar con Felipe Ángeles, quién se le uniría hasta marzo de 1914, para ser su gran estratega y jefe de su artillería. Luego tomó Ciudad Juárez y terminó el año entrando triunfalmente a la Ciudad de Chihuahua. Por muy poco tiempo fue nombrado gobernador provisional de Chihuahua, aunque ejerció el poder por un periodo mayor pues dictaba órdenes al gobernador Manuel Chao, quién había sido nombrado por Venustiano Carranza. Como gobernante Villa mandó imprimir diversos billetes, como los “dos caritas” y las “sábanas”; embargó tiendas y sustituyó a los comerciantes venales por administradores honorables, llenó el mercado de reses de las haciendas en las que intervenía; abarató los precios del maíz, fríjol y carne; asumió funciones federales en materia de telégrafos y ferrocarriles; expulsó del estado a muchos españoles, acusados de que habían ayudado a Victoriano Huerta; reabrió el Instituto Científico y Literario y decretó el establecimiento del banco del estado.

Inició el año de 1914 con la Batalla de Ojinaga. En marzo y abril tomó Torreón y San Pedro de las Colonias, Coahuila, con lo que logró dominar la Comarca Lagunera. Con la Batalla de Paredón, en mayo, en la que derrotó al General huertista Joaquín Mass, y la Batalla de Saltillo, controló todo el estado de Coahuila. Para esas batallas ya se les había incorporado Raúl Madero, Felipe Ángeles y José Isabel Robles. Con ello Villa quedó colocado en un primer puesto entre los generales revolucionarios. El 23 de junio, desobedeciendo las órdenes del Primer Jefe y haciendo gala de su poderío y de su independencia desplazando a toda la División del Norte, tomó la plaza de Zacatecas (Batalla de Zacatecas), derrotando al General federal Luis Medina Barrón. Las relaciones de Villa con Venustiano Carranza, ya tensas por el intento del primero de fusilar a Manuel Chao, se agudizaron más por estos hechos ya que según Carranza el que debía tomar Zacatecas era el General Pánfilo Natera. Las discrepancias tuvieron un receso temporal con el pacto de Torreón, del 8 de julio de 1914, celebrado entre la División del Norte y el Cuerpo del Ejército del Noroeste. A Francisco Villa lo representaron Miguel Silva, Manuel Bonilla y José Isabel Robles; A Pablo González Garza: Antonio I. Villarreal, Cesáreo L. Castro y Luis Caballero. Se acordó que Villa presentaría disculpas a Venustiano Carranza, quién seguiría como Primer Jefe; a Francisco Villa se le otorgaría el grado de General de División, aunque independientemente de Álvaro Obregón y Pablo González Garza. Villa reconoció a Venustiano Carranza, pero le impuso limitantes, como asumir la presidencia interina y convocar a una Convención de generales y gobernadores revolucionarios para señalar la celebración de elecciones y formular un programa de gobierno. Los acuerdos no fueron aceptados en su totalidad por ninguna de las dos partes. Los ejércitos revolucionarios derrotaron a Huerta, quien marchó al exilio el 24 de junio de 1914. A pesar de la victoria, Villa estaba molesto con Venustiano Carranza, quien lo despreciaba por su reputación de bandolero, ya que nunca le concedió a la División del Norte el grado de Ejército ni a Villa el grado de general de división, que si había sido otorgado en su ejército. El conflicto estalló una vez más en agosto de 1914, cuando se agudizaron las tensiones en Sonora, pues Francisco Villa apoyó al gobernador Maytorena, y Álvaro Obregón, Benjamín Hill, Plutarco Elías Calles y Salvador Alvarado ya formaban otro grupo político. Obregón se trasladó a conferenciar con Francisco Villa, pero tratando Obregón de atacar a las tropas Villistas por un lado y lograr una alianza por el otro, es descubierto por Villa y este manda fusilarlo, pero Serrano y Raúl Madero evitan que Álvaro Obregón sea fusilado aceptando las condiciones de Villa y firman un acuerdo, logrando escapar a Chihuahua y a medio camino de la huida obregoncista Villa recibe un telegrama de Venustiano Carranza en donde éste rechaza el acuerdo, Villa persigue a Álvaro Obregón pero ya no lo alcanza y rompe definitivamente con Carranza. En 1914, Venustiano Carranza citó a una convención de las fuerzas revolucionarias, para limar asperezas entre ellas, sin lograr su objetivo, pues Villa se fortaleció en la Convención de Aguascalientes. Como resultado, Venustiano Carranza y Obregón rompieron con la Convención. Villa tomó la Ciudad de México, a nombre del gobierno de la Convención, junto con su aliado Emiliano Zapata, en diciembre de 1914. El primero de octubre se instaló en la Convención en la Ciudad de México, y el día 10 se trasladó a Aguascalientes. En ella estuvo representado por Roque González Garza y en ella se logró llevar a la presidencia a un villista. Durante la presidencia de Eulalio Gutiérrez, Francisco Villa fue designado jefe de las operaciones del Ejército Convencionista. En la lucha contra los constitucionalistas Villa buscó a toda costa aliarse con Emiliano Zapata pues durante la Convención de Aguascalientes descubrieron sus muchas similitudes, como la aprobación de la Convención del Plan de Ayala. En diciembre de 1914 tuvo lugar el Pacto de Xochimilco, en el que Francisco Villa aceptó el Plan de Ayala en lo relativo al problema de la tierra y en el que convenían llevar a la presidencia a un civil identificado con la Revolución.

Lucha contra Carranza y Obregón
Carranza no se plegó a los dictados villistas de la Convención y huyó a Veracruz para encabezar desde allí su contraataque. Para ello tenía gran aliado, un estratega militar que superaría al genio tosco de Pancho Villa, se trataba del general Álvaro Obregón. Las victorias de Francisco Villa al lado de Venustiano Carranza no se repitieron en su lucha contra él. Durante 1915 fue sucesivamente derrotado por Álvaro Obregón y los constitucionalistas en las famosas batallas de Celaya (Batalla de Celaya), en abril donde Obregón logró derrotar a la División del Norte en el Bajío (la historia recuerda en particular la famosa Batalla de Celaya). El poder de la caballería de Villa no fue efectivo para derrotar las trincheras, excesiva artllería y ametralladoras del ejército de Obregón. En una batalla posterior, Obregón perdió uno de sus brazos ante la artillería de los villistas. Además, Villa perdió la Batalla de Trinidad, la Batalla de León y la Batalla de Aguascalientes en junio, por lo que tuvo que replegarse otra vez hacia el norte. Para fines de ese año decidió invadir Sonora; sin embargo los constitucionalistas siempre contaron con el apoyo de armamento estadounidense que ya habían suspendido sus suministros a los villistas, así que con un gran poder de ofensiva de artillería los constitucionalistas lo derrotaron en Agua Prieta por conducto de Plutarco Elías Calles y en el Alamito por el General Manuel M. Diéguez. Derrotado militarmente, con un ejército pobre y sin elementos de la capacidad de Felipe Ángeles, Villa se dedicó a hostilizar al gobierno de Venustiano Carranza. En 1915, los Estados Unidos reconocieron oficialmente el gobierno de Venustiano Carranza. Los EEUU habían cambiado su actitud hacia Villa y le impusieron un embargo de armas, cortándole el suministro de las mismas que recibía desde poblaciones como Columbus, Nuevo México. Carranza recibió entonces apoyo de los estadounidenses en la forma de suministro, ahora ya de forma legal y su comercio de armas, para que derrotaran a las de Villa.

Batalla de Columbus
Después de su derrota militar, Francisco Villa se replegó a Chihuahua, desde donde fraguó un golpe militar, que le serviría además para vengarse de Estados Unidos, después de que este país apoyara a Carranza. Villa estaba enfurecido en contra de los EEUU y contra Woodrow Wilson, por el uso que hizo Obregón de faros gigantes, alimentados con energía eléctrica norteamericana, para ayudar a Obregón a repeler el ataque nocturno de las tropas villistas al pueblo fronterizo de Agua Prieta, Sonora el 1 de noviembre de 1915. En enero 1916, un grupo de villistas al mando del general de órdenes Ramón Banda Quesada emboscaron un tren del Mexico North Western Railway (Compañía del Ferrocarril Noroeste de México), cerca de Santa Isabel , Chihuahua, y masacró a 18 empleados norteamericanos de la compañía minera "ASARCO".
Antes del amanecer del 9 de marzo de 1916, un grupo de aproximadamente 1500 hombres (el reporte oficial del ejército estadounidense mencionó entre "500-700 participantes") del ejército de Villa al mando del General Ramón Banda Quesada atacaron el pueblo de Columbus, Nuevo México, como represalia al reconocimiento oficial del régimen carrancista por parte de los Estados Unidos y en busca del comerciante Sam Ravel (proveedor que, según Villa, lo había robado).
Mientras tanto, Villa se había quedado del lado mexicano de la frontera con un pequeño grupo de hombres.
En Columbus, los villistas al mando del general Ramón Banda Quesada atacaron un destacamento de caballería del ejército estadounidense, confiscaron 100 caballos y mulas, incendiaron el pueblo y mataron a 17 estadounidenses y 67 mexicanos. Más de 100 villistas murieron en el ataque. Ésta sería la segunda vez que el territorio de los Estados Unidos es atacado por fuerzas de otro país.

La Expedición Punitiva

El presidente estadounidense Woodrow Wilson envió tropas encabezadas por el General "Black Jack" Pershing, el mismo que comandaría las fuerzas estadounidenses en la Primera Guerra Mundial.
La Expedición Punitiva, cruzó al sur de Columbus el 16 de marzo de 1916. La búsqueda de Villa llevaría a las tropas estadounidenses finalmente unas 600 km adentro de México, llegando rumbo al sur hasta la ciudad de Parral donde, después de una escaramuza encabezada por la maestra Elisa Griensen, donde participaron los niños del pueblo, los yanquis retrocedieron a sus bases en el norte de México.
Durante 11 meses, los 10,000 soldados de la Expedición Punitiva de Pershing recorrieron los desiertos del inmenso estado de Chihuahua.
Pershing tuvo éxito dispersando a las fuerzas mexicanas que habían atacado a Columbus, pero Pancho Villa, desapareció en el extenso territorio mexicano y nunca fue capturado.
En febrero de 1917, la Expedición Punitiva regresó a Columbus.

Muerte de Villa

Poco a poco Villa se fue convirtiendo de nuevo en un guerrillero y su actividad se limitó cada vez más por la escasez de armas. Así se mantuvo de 1917 a 1920, salvo un periodo de resurgimiento, cuando Felipe Ángeles volvió al país para luchar al lado de Francisco Villa. Adolfo de la Huerta, al asumir la presidencia interina del país como fruto del movimiento de Agua Prieta, gestionó la rendición de Francisco Villa. El 26 de junio de 1920, Villa firmó los convenios de Sabinas, obligándose a deponer las armas y a retirarse a la Hacienda de Canutillo, Durango, que el gobierno le concedió en propiedad por servicios prestados a la revolución. A partir de 1920, Villa se dedicó a administrar la Hacienda de Canutillo. Desde entonces comenzó sistemáticamente a recuperar los tesoros que tenía ocultos en diversos escondites (el mito popular es que lo juntó todo en una cueva oculta de la Sierra Madre). Villa hacía excursiones solitarias a la montaña, a veces durante varios días. Entretanto, Álvaro Obregón fue elegido presidente de México. Cuando el nuevo presidente Obregón había consolidado su posición, algunos planes para librarse de Pancho Villa fueron tolerados o abiertamente promovidos por el gobierno y ante el temor de que Francisco Villa nuevamente se levantara en armas durante la Rebelión delahuertista, se decide matarlo. Mediante una emboscada organizada por la policía secreta o por pistoleros a sueldo de familiares de antiguas víctimas de Villa, fue asesinado a tiros el famoso bandolero transformado en general revolucionario. Era la tarde del día 20 de julio de 1923, cuando Pancho Villa murió en su coche, alcanzado por 47 balas de pistola cuando se dirigía a una fiesta familiar en la famosa Ciudad de Parral tierra donde se había establecido.
Mitos y leyendas acerca de Pancho Villa

Existe un libro de bolsillo que apareció en México entre el año 1960 y el año 1968 titulado "Habla una Espía Rusa" con supuesta información acerca de cómo los alemanes habrían financiado las campañas de Villa y le habrían proporcionado armas, para abrirles un frente a los estadounidenses mientras ellos intentaban ganar la Primera Guerra Mundial en Europa.
La figura de Francisco Villa está rodeada de una "leyenda negra". Es un lugar común decir que Villa era cruel y bárbaro. Es cierto que tenía un carácter colérico y que no dudaba en ejecutar a sus enemigos, en particular a los "traidores" (ex-villistas que le eran desleales). Durante el enfrentamiento contra los carrancistas, Villa cometió muchos actos de barbarie (ejecuciones masivas, ahorcamientos con alambre y hasta llegó a ordenar prender fuego a algunos infelices). Sin embargo, muchas de las ejecuciones masivas de prisioneros "colorados" y federales durante la campaña contra Huerta fueron ordenadas a Villa por Venustiano Carranza. Al momento de rendirse en Sabinas, Durango, Villa dijo que estaba harto de matar y mostró al primero una carpeta que totalizaba, entre víctimas que había hecho en batallas y a quienes había matado personalmente, 43 mil personas.
Algunos estudiantes México-norteamericanos afirman que en la colección de cráneos de la sociedad Skull and Bones de Yale, Estados Unidos, se encuentra la cabeza de Pancho Villa, robada en 1926 del cementerio de Parral, Chihuahua, y supuestamente vendida a dicha sociedad por Emil L. Holmdahl. versión a la cual se le agregan el robo del cuerpo por parte de militares de México, sin embargo se sabe que Francisco Villa al morir quería permanecer en Parral para lo cual antes de ser asesinado ordeno a sus aliados el cambio de tumba en el panteón, por la noche así se hizo y en la tumba donde habían sepultado a villa metieron el cuerpo de una mujer que es el que decapitaron, para desdicha la tumba final se perdió con los años, actualmente se están analizando por exámenes de ADN entre su hija radicada en parral y los posibles lugares donde se cambió el cuerpo por parte de sus aliados. Dichos estudiantes exigen a George Bush que devuelva la cabeza de Villa. Sin embargo, aunque el cráneo fue efectivamente fue robado, se desconoce su paradero.[1]
Según gente que lo conoció se sabe que tenía la costumbre de dormir en dos o tres lugares diferentes la misma noche para no ser sorprendido, se disfrazaba en ocasiones de mujer y huía del enemigo. También se sabe por gente que herraba los caballos de Villa que bajo órdenes de este, se le ponían las herraduras al revés a los caballos, de tal forma que al andar las huellas quedaran al revés y quien siguiera su rastro lo hiciera en sentido contrario; es por esto y muchas cosas más que su captura fue imposible para los estadounidenses, hasta que ya retirado y sin cuidarse de no ser visto, su automóvil fue acribillado con 46 disparos recibiendo él algunos fatales.

SUBCOMANDANTE MARCOS:

El Subcomandante Insurgente Marcos es el principal portavoz y mando militar del grupo armado indígena mexicano denominado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que hizo su aparición pública el 1 de enero de 1994, cuando lanzaron una ofensiva militar en la que tomaron seis cabeceras municipales del estado sureño mexicano de Chiapas, demandando democracia, libertad, tierra, pan y justicia para los indígenas.
«Marcos es el nombre de un compañero que murió, y nosotros siempre tomábamos los nombres de los que morían, en esta idea de que uno no muere sino que sigue en la lucha».
Marcos en sus propias palabras

«Marcos en San Francisco, negro en Sudáfrica, asiático en Europa, chicano en San Isidro, anarquista en España, palestino en Israel, indígena en las calles de San Cristóbal, chavo banda en Neza, rockero en CU, judío en la Alemania nazi, ombudsman en la Sedena, feminista en los partidos políticos, comunista en la posguerra fría, preso en Cintalapa, pacifista en Bosnia, mapuche en los Andes, maestro de la CNTE, artista sin galería ni portafolios, ama de casa un sábado por la noche en cualquier colonia de cualquier ciudad de cualquier México, guerrillero en el México de fin del siglo XX, huelguista en la bolsa de New York, reportero de nota de relleno en interiores, mujer sola en el metro a las 10 p.m., jubilado en plantón en el Zócalo, campesino sin tierra, editor marginal, obrero desempleado, médico sin plaza, estudiante inconforme, disidente en el neoliberalismo, escritor sin libros ni lectores, y, es seguro, zapatista en el Sureste mexicano. En fin, Marcos es un ser humano cualquiera en este mundo. Marcos es todas las minorías intoleradas, oprimidas, explotadas, resistiendo, diciendo "¡ya basta!" Todas las minorías a la hora de hablar y mayorías a la hora de callar y aguantar. Todos los intolerados buscando una palabra, su palabra, lo que devuelva la mayoría a los eternos fragmentados, nosotros. Todo lo que incomoda al poder y a las buenas conciencias, eso es Marcos.»
Comunicado del 28 de mayo de 1994
Ideario

Según sus propias narraciones (confirmadas por versiones gubernamentales), Marcos llegó a Chiapas con algunos otros compañeros tras haber militado en las Fuerzas de Liberación Nacional varios años. Llegó promoviendo la ideología maoísta, pero el encuentro con los movimientos indígenas de Chiapas transformó su ideología, poniendo a las comunidades indígenas en el centro de su praxis y discurso. El resultado fue más cercano a teorías posmodernas/postmarxistas que a sus intenciones originales. Otras ideas que ha expuesto en sus discursos y acciones están más relacionadas con los temas y preocupaciones del marxista revisionista italiano Antonio Gramsci, popular en México cuando él estudiaba en la Universidad.
Desde el principio del levantamiento declaró a la prensa que el EZLN "no es marxista", y en entrevistas ha dicho estar "más influenciado por el intelectual mexicano Carlos Monsiváis, que por Karl Marx". Además de Emiliano Zapata, también ha manifestado admiración por el revolucionario argentino Ernesto Che Guevara. Podemos decir que recupera la figura emblemática del Che con muchos símbolos como el paliacate (pañoleta) rojo para representar el socialismo y la linterna que simboliza la esperanza de los indios y el camino que deben seguir con su luz.

Escritos filosóficos y políticos

De 1992 al 2006, Marcos escribió más de 200 ensayos e historias, y publicó 21 libros en un total de al menos 33 ediciones, documentando ampliamente sus perspectivas filosóficas y políticas. Los ensayos e historias son reciclados en los libros. Marcos tiende a preferir las expresiones indirectas; sus escritos son con frecuencia fábulas. Algunos, sin embargo, están muy pegados a la vida cotidiana y son directos. En una carta de enero de 2003 a ETA que termina con la frase «me cago en las vanguardias revolucionarias de todo el planeta», Marcos dice:
Les enseñamos [a los niños] que hay tantas palabras como colores, y que hay tantos pensamientos porque de por sí el mundo es para que en él nazcan palabras. Que hay pensamientos diferentes y que debemos respetarlos... Y les enseñamos a hablar con la verdad, es decir, con el corazón.
Uno de los libros más conocidos de Marcos, La historia de los colores, es una historia para niños. Basada en un mito maya de la creación, enseña sobre la tolerancia y el respeto a la diversidad.
Su estilo elíptico, irónico y romántico puede ser una forma de distanciarse de las circunstancias dolorosas que reporta y protesta. Pero como quiera que sea, sus voluminosos escritos tienen un propósito, como se describe en el libro Nuestra arma es nuestra palabra.
En diciembre de 2004 anunció la publicación del libro Muertos incómodos junto al escritor Paco Ignacio Taibo II, que fue publicado en el diario mexicano La Jornada y consistió en doce entregas donde se hace un escrutinio de la vida política nacional. El libro en un primer momento iba a ser escrito a seis manos entre Marcos, Paco Ignacio Taibo y Manuel Vázquez Montalbán. Editado en España por la editorial Destino en abril de 2005.

La Otra Campaña
El 1 de enero de 2006, Marcos, ahora Delegado Zero, empezó una gira en los 32 estados mexicanos para promover la Otra Campaña. En ella, busca escuchar al pueblo mexicano, a los organizados y a los que no lo están, «a todos aquellos que desde abajo y a la izquierda busquen cambiar el actual estado de la sociedad», siempre regidos por ciertos principios, como son: el anticapitalismo, la horizontalidad, la equidad y varios más que el propio movimiento irá definiendo en su caminar (Sexta Declaración de la Selva Lacandona).
La naturaleza de esta iniciativa implica distancia de los tres partidos políticos más importantes de México y sus candidatos a la presidencia, dejando claro que el proyecto de construcción de un nuevo país no pasa por el apoyo a tal o cual candidato, sino por la lucha propia.
«El proceso electoral ya empezó y alguien les va a venir a decir que si lo apoyan les va a resolver todo. Nosotros les venimos a decir que no les vamos a resolver absolutamente nada ni les venimos a traer soluciones, sino problemas, y la invitación de que nos juntemos con los compañeros que se están alzando en otras partes del país para construir el nuevo México»


Acerca de la clase política (La (imposible) ¿geometría? del Poder en México) se ha mencionado que el PAN «es hoy dirigido por la organización de ultraderecha El Yunque, es la nostalgia por la quema de las boletas de la elección de 1988 y el cogobierno con el PRI», del PRI «el creador del sistema de partido de Estado, el de la imposición de las políticas neoliberales que han destruido los cimientos de México» de Roberto Madrazo, a quien califica de «ladrón vergonzante y criminal»), del PRD el partido de los «errores tácticos», de Andrés Manuel López Obrador «la imagen de Carlos Salinas de Gortari construida por AMLO es, en realidad, un espejo». Sobre el presidente Fox que éste ha «entregado a los empresarios todo el dinero que se juntó de ayuda (para víctimas del huracán Stan), mientras la gente humilde todavía está esperando» («Ningún candidato cambiará la situación de explotación»).
El día 3 de mayo del 2006 la policía municipal de Texcoco intentó expulsar a los vendedores de flores del mercado Belisario Domínguez. Habitantes de San Salvador Atenco apoyaron la protesta de Texcoco. Comenzó una jornada de violencia que se saldó con multitud de heridos, dos muertos (Javier Cortés Santiago y Alexis Benhumea), violaciones a mujeres, cientos de detenidos y varios desaparecidos. A raíz de estos hechos el EZLN, vía el Delegado Zero se declaró en alerta roja y suspendió indefinidamente el recorrido de la Otra Campaña en demanda de la liberación incondicional e inmediata de todos los presos.

Saludos a todos.

5 comentarios:

  1. Con todo respeto, creo que con esta canción se necesita mucho más que medio conocer estos conceptos para entender lo que está sucediendo y ha sucedido en el México profundo, el de adeveras, el que vivimos los ciudadanos comunes y corrientes.
    Claro, sé que se trata de una canción y no de un manifiesto, pero para todos aquellos que estén interesados recomiendo "México profundo" de Guillermo Bonfil Batalla, un excelente libro que explica ésta y otras partes de la Historia de México.

    Por otro lado,es triste y verdadero que el Sub comandante Marcos ha sido una decepción más para aquellos que en algún momento creímos en ese movimiento, a la fecha, todo sigue casi igual y es que la verdad quitarse 5 siglos de opresión no es cualquier cosa.
    Creo también, que debiera mencionarse la labor que realizó Don Samuel Ruiz y muchas otras personas.

    Saludos cordiales.

    Gabriela

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  2. Gabriela, muchas gracias por tu comentario. Comparto tu opinion de que es solo una cancion que hace referencia a un hecho historico y en la misma no se profundiza demasiado enlo que acontecio ni en lo que dejo esa lucha, pero la idea es dejar una breve reseña de lo que ismael toma como motivo de sus canciones.
    Saludos, espero sigas bien.

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  3. Muy detallado y extenso tu análisis, no sólo sobre el movimiento del EZLN sino de la historia de México. Yo conozco la música de Ismael apenas desde hace muy poco y me parece interesante que alguien la "desmenuze" así como lo haces en este blog.

    Un saludo.

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  4. Martiuks sin dudas que el analisis es es mas que nada a la referencia en la cancion, seguro que hay muchas investigaciones y reseñas de todo lo que fue el movimiento como para los que desean conocer bien en detalle todo lo sucedido. Muchas gracias por participar y te cuento que es un trabajo que me tome mas que nada porque amo las letras y la musica de Ismael y esto es solo un pequeño aporte para todos los fans

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  5. Ya lo dijo alguien, hace mucho tiempo
    Pobre México tan lejos de Dios y tan cerca de los EEUU

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