ALLÍ ENCONTRAMOS GRAN PARTE DE LA HISTORIA DE CHILE REFLEJADA EN UNA HERMOSA CANCIÓN.
DIFÍCIL FUE AQUELLA ÉPOCA DE DICTADORES DONDE SE LLEVARON LA VIDA DEL GRAN VÍCTOR JARA Y DE MILES DE CHILENOS
LES DEJO LA LETRA Y EL ANÁLISIS DE LA MISMA ACOMPAÑADA POR FRASES DE ISMAEL DE ENTREVISTAS, CONCIERTOS O PAGINAS OFICIALES
Disco:
La
memoria de los peces
Estreno: enero de 1998
Letra: Ismael Serrano
Música: Ismael Serrano
Estreno: enero de 1998
Letra: Ismael Serrano
Música: Ismael Serrano
Vine del norte buscando una canción y una cruz,
y allí se cruzó un cometa, y en su estela estabas tú.
En Madrid seguiría lloviendo, triste como lo dejé,
y en Santiago con tus luces y su noviembre me quemé.
Y
fue después de un concierto, una noche en tu universidad, y allí se cruzó un cometa, y en su estela estabas tú.
En Madrid seguiría lloviendo, triste como lo dejé,
y en Santiago con tus luces y su noviembre me quemé.
allí te encontré de nuevo, "Hoy te invito a carretear".
"Acepto gustoso tu oferta, sólo con una condición:
que no se acabe esta noche y que no me enamore yo".
Andando por La Alameda, tú me empezaste a contar
causas, azares y luchas, en estos días y al pasar
por delante de La Moneda, tú tarareaste a Jara.
Me miraste, "Así tan duro, tienes un aire a guevara".
Y entramos en un bareto, y allí alguien cantaba a Fito.
"A este paso me enamoro, sólo me falta otro pisco".
"Déjate de historias, súbete ahí, y cántame una de Silvio".
"Sólo si me das un beso", y todos cantaron conmigo.
Salimos del bar borrachos, agarrados de la mano,
y en la calle como siempre jodiendo andaban los pacos.
Tú les gritaste "¡Asesinos!", y los dos echamos a correr.
Tú reías, y en tu risa yo me veía caer.
Pero, "¿Dónde has estado este tiempo? Se hace tarde, vete a casa",
y en tu abrazo a lo lejos, creí oír a los Parra,
cantando para nosotros. Será mejor que me vaya.
Ahí quedé, solo, gritando, sin ti, "Te recuerdo, Amanda". "Te recuerdo, Amanda".
Al tiempo llegué a mi norte, con una canción y una cruz,
con la estela de un cometa, con tu mentira y con tu luz.
En Madrid seguía lloviendo, tal y como lo dejé,
y en Santiago tantas cosas, hoy me muero por volver.
Hoy me muero por volver.
Se trata de un experimento, así que háganlo por el bien de la ciencia, si algún familiar o amigo conoce el contenido de esta canción tiene el deber de echarme una mano, quizás se animen si les invito a carretear conmigo por las calles de Santiago de Chile y maldecir a los dictadores vivos."
La historia de un viaje, de una vez que crucé un océano y encontré a gente con la que comparto muchas dudas, que como yo, busca respuesta a las mismas preguntas y que cuando encuentra las respuestas les cambian las preguntas. Esta canción contiene los referentes comunes, lo que comparto con ellos, lo que nos queda pendiente...
La
verdad es que la historia de amor era casi una excusa para hablar de esos
referentes, esas experiencias que viví con la gente que conocí en mis primeros
viajes, esa gente siguen siendo mis amigos y a la que siempre que vengo visito.
Para mi Chile es eso, esa gente que ha compartido conmigo todas esas referencias
de las que hablo, que van desde Víctor Jara a los paseos por la Alameda, a
estar tomando pisco en una peña cantando canciones de Silvio.
Glosario
de gentes, lugares y términos
Madrid:
capital de España
Santiago: Santiago de Chile
Carretear:
denominación chilena a salir de juerga. El verbo ‘carretear’ adquiere categoría
oficial gracias a un verso europeo.
La Alameda: avenida emblemática de Santiago de Chile
La Avenida
Libertador General Bernardo O'Higgins, más conocida como La Alameda o Alameda del Libertador Bernardo O'Higgins,
es la principal avenida
de la ciudad de Santiago de Chile y llamada así
en honor al Libertador de Chile.
En su trazado de más de 10 kilómetros,
recorre las comunas de Estación Central y Santiago en sentido poniente-oriente y es la
columna vertebral del transporte privado y público de la ciudad. Se extiende
desde el nacimiento de la Avenida Los Pajaritos y la Ruta CH-68,
autopista que une la capital chilena con las ciudades de Valparaíso
y Viña
del Mar, en el sector conocido como Las Rejas, hasta terminar en la Plaza
Baquedano (o Plaza Italia), donde nace la Avenida Providencia.
La Moneda: palacio presidencial donde
murió Allende el 11 de septiembre de 1973
El Palacio de La Moneda, es la sede del Presidente de la República de Chile.
También alberga los ministerios del Interior, Secretaría
General de la Presidencia y Secretaría General
de Gobierno. Comúnmente se le designa como La Moneda.
Se ubica en la comuna de Santiago, entre las calles Moneda (norte),
Teatinos (oeste), Morandé (este) y la Alameda del Libertador
Bernardo O'Higgins (sur). Al norte se ubica la Plaza de la Constitución
y al sur está la Plaza de la Ciudadanía. El presidente de
Chile cuenta también con el Palacio presidencial de Cerro
Castillo, en la ciudad de Viña
del Mar, como lugar de descanso.
Durante el Golpe de Estado del 11
de septiembre de 1973,
en que fue derrocado el presidente Salvador
Allende, el edificio fue bombardeado por cañones del
Ejército de Chile y por los cohetes Sura 3 de
dos aviones Hawker
Hunter, de fabricación británica, de la Fuerza Aérea de Chile, quedando parcialmente
destruido. La fachada norte, así como el pabellón entre los Patios de Los
Cañones y de Los Naranjos, fueron los lugares más afectados por los cohetes y
por el fuego el cual se extendió de la esquina de las calles Moneda y Teatinos
hasta unos 25 metros al sur cerca de la Plaza de la Libertad, hoy Plaza de la
Ciudadanía. Este ataque significó al mismo tiempo la pérdida de invaluables
tesoros que se acumularon durante años de gobiernos, y la posibilidad de
reconstruirlo y reparar y redistribuir sus dependencias. Entre los bienes
perdidos se encuentra el Acta de Independencia de Chile de 1818 y la piocha de O'Higgins
(original).
El 11 de septiembre
Artículo principal: Golpe de Estado del 11 de
septiembre de 1973
Caricatura de Allende el 11 de
septiembre de 1973 realizada por el dibujante Carlos
Latuff.
El 10
de septiembre, a las 16.00, zarpó la escuadra tal y como estaba previsto,
ya que debía participar en las maniobras navales internacionales UNITAS. Mientras
tanto, el Ejército se acuarteló. La razón dada: el probable desafuero de
Altamirano y Garretón el día 11. Este desafuero, según explicó Pinochet al
ministro de Defensa, Orlando Letelier, podía causar disturbios, por lo que se
hacía necesario el acuartelamiento.[58]
En la madrugada
del 11 de septiembre, la escuadra reapareció en Valparaíso
y las Fuerzas Armadas tomaron la ciudad. El prefecto de Valparaíso, Luís
Gutiérrez, realizó una llamada por el único teléfono que funcionaba en el
puerto, el suyo (línea dejada libre a propósito por los golpistas), para avisar
al subdirector de Carabineros, general Jorge Urrutia, que la infantería de
marina estaba en las calles y había empezado a tomar posiciones de combate.
Urrutia telefoneó a Allende, que se encontraba en su residencia de Tomás Moro.
Allende, calmado, pidió ubicar a Pinochet y a Leigh, pero eran inubicables.
A las 7.15,
Allende, en su Fiat 125, y el GAP se enfilaron hacia el Palacio de la Moneda,
llegando veinte minutos después. Cargaba con un fusil AK-47 (regalo de
Fidel Castro) y el GAP ingresó al palacio de Gobierno dos ametralladoras y tres
lanzagranadas RPG-7,
además de sus armas personales.
Paralelamente,
llegó a esa hora Pinochet al Comando de Comunicaciones, un poco retrasado. Se
organizaron las redes de comunicaciones con las demás ramas de las Fuerzas
Armadas, especialmente con Leigh, que se encontraba en la Academia de Guerra
Aérea, y con Patricio Carvajal, que sería el coordinador de todo el golpe.
Sepúlveda,
director general de Carabineros, llegó a la Moneda y le aseguró que Carabineros
sigue fiel al gobierno. Lo ignoraba, pero Carabineros está ahora controlado por
los generales Mendoza y Yovane.
La Cadena
Democrática, formada por las radios Minería y Agricultura, emitió la primera
proclama militar[] Allende
debía hacer entrega inmediata de su cargo a la Junta de Gobierno, integrada por
los jefes supremos de las Fuerzas Armadas: Pinochet, Leigh, Merino y Mendoza
(los dos últimos recién autonombrados como jefes supremos de sus ramas, Armada
y Carabineros respectivamente).
Se le dio también
al presidente un ultimátum: si La Moneda no era desalojada antes de las 11.00,
sería atacada por tierra y aire. El ambiente en la Moneda era de tristeza, lo
peor que podía ocurrirles estaba pasando. Carabineros retira las tanquetas y al
personal apostados frente ella
Los militares se
contactaron con la Moneda y propusieron sacar del país al presidente, pero
Allende rechazó la oferta. Pinochet se contacta con Carvajal, quien le indicó
la negativa del presidente a rendirse.
A las 9.55, los
tanques del general Palacios ingresaron en el perímetro de la Moneda.
Francotiradores apostados en los edificios aledaños los trataron de repeler y
se inició una balacera. A las 10:15, a través de radio Magallanes —la única pro
gobierno que aún no era silenciada— Allende emitió su último mensaje a la
Nación[]
A las 10.30, los
tanques abrieron fuego contra la Moneda. Los siguieron las tanquetas y la
infantería, fuego que fue respondido por los miembros del GAP y los
francotiradores apostados en los edificios aledaños.
Estatua de Salvador Allende frente
al Palacio de La Moneda
Carvajal se
comunicó nuevamente con Pinochet, informándole de la intención de parlamentar.
Pinochet exigió una «rendición incondicional».
Sin embargo,
también se mostró en ocasiones más humanitario que sus compañeros de golpe.
Ofreció a Allende salir del país (Carvajal quería apresarlo) y consiguió que
Leigh detuviese el bombardeo aéreo unos minutos para evacuar a las mujeres del
interior de la Moneda (a lo que Leigh se oponía).
A las 11.52, los
cazabombarderos Hawker Haunter iniciaron su ataque a la Moneda, disparando en
cuatro oportunidades sus cohetes sobre la casa de Gobierno: el daño causado es
devastador. Otros dos aviones bombardearon la residencia presidencial de Tomás
Moro, a la sazón defendida por los miembros del GAP que no alcanzaron a llegar
con Allende.
El ataque al
Palacio de Gobierno prosiguió con el uso de gases lacrimógenos, pero al ver que
la Moneda todavía se negaba a rendirse, el general Palacios decidió tomarla y
envió a un grupo de soldados a derribar la puerta del Palacio. Son las 14.30 de
la tarde.
Allende decidió
rendirse y deponer las armas. Entonces —según el testimonio de uno de sus
doctores, Patricio Gijón, que regresó para llevarse su mascarilla antigás—, con
el fusil AK-47, se suicidó disparándose en la barbilla, explotando la bóveda
craneana y muriendo instantáneamente.[61]
Palacios entró en el Salón Independencia y se encontró con Allende y el doctor
Girón. Reconoció al presidente por su macizo reloj Galga Coulde. Llamó al
oficial de radio y entregó su escueto informe: «Misión cumplida. Moneda tomada,
presidente muerto». A su vez Carvajal, dice por interno a Pinochet:
"Hay una
comunicación, una información de personal de la Escuela de Infantería que está
ya dentro de La Moneda. Por la posibilidad de interferencia, la voy a
transmitir en inglés: They say that Allende committed suicide and is dead
now (Dicen que Allende se suicidó y ahora está muerto)"
A las 18.00, se
conformó la Junta de Gobierno. A excepción de
unas escaramuzas en sitios aislados de Santiago, la junta domina todo el país.
La Unidad Popular y su presidente habían muerto, iniciándose diecisiete años de
gobierno militar.
El 10 de Septiembre
de 1973 recibí una invitación para la exposición "Por la vida. Contra el
fascismo", que debía inaugurarse al dia siguiente en la Universidad
Técnica. Allí tenia que intervenir Salvador Allende e iba a cantar Víctor Jara.
La víspera vi el
enorme afiche de la exposición. Una madre amamantaba a su criatura y la
sombra de ambos estaba bañada de sangre. Era un llamamiento silencioso, pero
muy expresivo, a defender la vida contra el fascismo. Víctor proponía organizar
un viaje de propaganda por el país para alertar al pueblo. La exposición antifascista
de la Universidad Técnica tenía que marcar el comienzo.
Pero el 11 de
Septiembre la exposición no se inauguró. Salvador Allende hizo aquel dia su
último llamamiento al pueblo y no en el Foro Grieco de la Universidad, sino en
el Palacio de la Moneda, rodeado por los putchistas.
Los putchistas se
apoderaron de todas las fuerzas armadas. Despues de la dimisión forzosa de los
generales, correligionarios de Carlos Prats, que encabezaban el ejercito de
tierra, fueron destituidos de sus cargos el almirante Raul Montero, comandante
de la Marina de Guerra, y Jose Maria Sepulveda, director general del cuerpo de
carabineros, que no queria sumarse a los putchistas.En las fuerzas armadas se
efectuó una limpia de arriba a abajo. Los fascistas lograron convertir a muchos
oficiales en ciegos instrumentos del complot, convenciendolos de la necesidad
de oponerse a la amenaza de exterminio de los cuadros de mando que, como ellos
afirmaban, tramaba la Unidad Popular. El nuevo comandante jefe, general
Pinochet, que en visperas habia jurado fidelidad al presidente Allende,
encabezó el golpe. Fascista encubierto con la mascara constitucionalista,
Pinochet dio orden de asediar el palacio de la Moneda.
En estas condiciones
ALlende no se creyó con derecho a llamar al pueblo inerme a la lucha. Queria
evitar un derramamiento inútil de sangre, pero decidió aceptar desigual combate
en La Moneda. Sabia que con un puñado de los defensores del palacio no podria
alcanzar victoria militar. Pero el presidente estaba convencido de que el combate
que libraria defendiendo el mandato del pueblo, seria una victoria moral y
politica de la Unidad Popular. No queria ver derrotada la bandera de la
revolución, sino dejarla bien alta. El mandatario del pueblo prefirió morir
arma en mano antes de capitular frente a los putchistas, estaba seguro que su
muerte no seria esteril.
Jamás olvidaré la
firmeza con la que hablaba Allende por los microfonos de la emisora comunista
Magallanes. Suvoz sonaba sobre el estruendo de las explosiones:
- Ante los hechos solo me cabe decir a los trabajadores: yo no voy a renunciar. Colocado en un transito historico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Hice girar la manecilla de la radio portatil. Despues de los ataques aereos las emisoras democraticas fueron callando una tras otras. Pero Magallanes seguia resistiendo. Los putchistas no pudieron interrumpir... seguiremos aqui hasta el final... (El último discurso de Salvador Allende). Luego escuché la voz familiar del locutor, que dijo :"En cualquier momento nos pueden interrumpir, pero seguiremos aqui hasta el final". En medio de los cañonazos salió al aire la canción de Sergio Ortega El pueblo unido, interpretada por Quilapayun. Los que se encontraban en la emisora corearon el estribillo:
Y ahora el pueblo
que se alza en la lucha
con voz de gigante
gritando: ¡Adelante!
¡El pueblo unido
jamás será vencido!
- Ante los hechos solo me cabe decir a los trabajadores: yo no voy a renunciar. Colocado en un transito historico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Hice girar la manecilla de la radio portatil. Despues de los ataques aereos las emisoras democraticas fueron callando una tras otras. Pero Magallanes seguia resistiendo. Los putchistas no pudieron interrumpir... seguiremos aqui hasta el final... (El último discurso de Salvador Allende). Luego escuché la voz familiar del locutor, que dijo :"En cualquier momento nos pueden interrumpir, pero seguiremos aqui hasta el final". En medio de los cañonazos salió al aire la canción de Sergio Ortega El pueblo unido, interpretada por Quilapayun. Los que se encontraban en la emisora corearon el estribillo:
Y ahora el pueblo
que se alza en la lucha
con voz de gigante
gritando: ¡Adelante!
¡El pueblo unido
jamás será vencido!
Quienes estaban junto
al microfono sabian que lo enemigos abririan fuego contra ellos. Mi radio
emitió un chasquido y una detonació ahogó las voces de los cantantes.
Traté en vano de
comunicar con Radio Magallanes cuando cesó de transmitir. Mientras tanto, en el
centro de Santiago se levantaba una nube de humo. Los aviones de los putchistas
estaban bombardeando el palacio presidencial.
Victor estubo en la
Universidad, pero no cantó desde el escenario, paseaba con la guitarra entre
los estudiantes tratando de animarlos. En torno al edificio el aire se
estremecia de las ráfagas de ametralladora.
Ahora voy a ceder la
palabra a los testigos de los últimos dias de Victor Jara. El dia del golpe lo
vió Cecilia Coll, dirigente de la sección artistica del Departamento de Cultura
e Informicación de la Universidad Técnica. La entrevisté en Moscú.
CECILIA COLL:
"Victor alcanzó a llegar a la Universidad cuando los militares golpiastas ocupaban las posiciones claves en la capital. Pero la situación todavia era confusa. Victor pasó por mi oficina y preguntó:
- ¿Qué hacemos?
- Vamos a esperar
- ¿Qué debo hacer?
- Quédate aquí. Animar con tus canciones a los estudiantes, academicos y trabajadores.
En espera del posible ataque fué decidido: trasladar a los estudiantes y otros trabajadores de la Universidad a la Escuela de Artes y Oficios. Era un edificio con paredes más resistentes.
Como si fuera ahora veo el rostro de Victor: llama por teléfono de mi oficina a su esposa Joan:
- Debo quedarme aquí un tiempo. No te preocupes. Espera. Volveré sin falta.
"Victor alcanzó a llegar a la Universidad cuando los militares golpiastas ocupaban las posiciones claves en la capital. Pero la situación todavia era confusa. Victor pasó por mi oficina y preguntó:
- ¿Qué hacemos?
- Vamos a esperar
- ¿Qué debo hacer?
- Quédate aquí. Animar con tus canciones a los estudiantes, academicos y trabajadores.
En espera del posible ataque fué decidido: trasladar a los estudiantes y otros trabajadores de la Universidad a la Escuela de Artes y Oficios. Era un edificio con paredes más resistentes.
Como si fuera ahora veo el rostro de Victor: llama por teléfono de mi oficina a su esposa Joan:
- Debo quedarme aquí un tiempo. No te preocupes. Espera. Volveré sin falta.
Victor siempre fué
un hombre del deber. Y lo siguió siendo en esta peligrosa situación. Después
sufrí mucho por su muerte. Me sentí de algún modo culpable ante él. No podia
perdonarme el no haberlo mandado entonces a su casa. Debí hacerlo. Aunque más
tarde soldados ya emplazaba ametralladoras pesadas en los techos de los
edificios cerca de la Universidad, pero hasta el toque de queda todavia era
posible salir. Sin embargo, yo pensaba "en la calle lo pueden identificar
y matar..."
Por la noche la Universidad fue rodeada por los soldados en carros blindados. Toda la noche estuvieron preparandose para el ataque como si tuvieran delante una fortaleza militar. Después del intenso cañoneo, los soldados irrumpieron en el edificio y emprendieron a culatazos con los estudiantes. El camarógrafo Hugo Araya, que había venido a filmar la inauguración de la exposición, se situó con su cámara frente a los "vencedores" triunfantes. Y casi al instante un balazo lo mató. A Víctor junto con otros estudiantes lo obligaron a tenderse en el suelo boca abajo.
- ¡Al que se mueva le vuelo la cabeza!- gritaban los oficiales.
Por la noche la Universidad fue rodeada por los soldados en carros blindados. Toda la noche estuvieron preparandose para el ataque como si tuvieran delante una fortaleza militar. Después del intenso cañoneo, los soldados irrumpieron en el edificio y emprendieron a culatazos con los estudiantes. El camarógrafo Hugo Araya, que había venido a filmar la inauguración de la exposición, se situó con su cámara frente a los "vencedores" triunfantes. Y casi al instante un balazo lo mató. A Víctor junto con otros estudiantes lo obligaron a tenderse en el suelo boca abajo.
- ¡Al que se mueva le vuelo la cabeza!- gritaban los oficiales.
Durante varias horas
los soldados pisoteaban con sus botas a la gente tendida, sin dejar que se
levantases hasta que llegó la orden de trasladar a los "prisioneros"
de la Universidad Técnica al Estadio de Chile que, al igual que el Nacional,
recibía a los prisioneros cautivos.
Salvador Allende murió en su puesto, con las armas en la mano... Poco después del golpe contrarrevolucionario fascista en Chile la prensa de todo el mundo publicó la última foto de Salvador Allende. En esta secuencia histórica el "compañero presidente" en el palacio cercado por los putchistas parece un soldado en combate, la cabeza tocada con un casco y empuñando la metralleta en la diestra. El rostro del presidente, igual que el de los valientes defensores de La Moneda que lo acompañan, tiene una grave expresión.
Salvador Allende murió en su puesto, con las armas en la mano... Poco después del golpe contrarrevolucionario fascista en Chile la prensa de todo el mundo publicó la última foto de Salvador Allende. En esta secuencia histórica el "compañero presidente" en el palacio cercado por los putchistas parece un soldado en combate, la cabeza tocada con un casco y empuñando la metralleta en la diestra. El rostro del presidente, igual que el de los valientes defensores de La Moneda que lo acompañan, tiene una grave expresión.
Me interesé por el
hombre que aparecía en la foto al lado de Allende. Conversando con los chilenos
me enteré que se trataba del médico particular de Salvador Allende, un tal
Danilo Bartulin (nieto de emigrados yugoslavos). El 11 de Septiembre de 1973
Bartulin fué testigo de las últimas horas de vida del presidente en el edificio
de La Moneda, presa de las llamas.
Por inverosímil que parezca, Danilo se salvó por milagro y emigró de Chile. Me entrevisté con él en México, donde estuve en 1976 por artes del periodismo. Danilo Bartulin me habló del último combate del "compañero presidente". La conversación ya concluía cuando supe una noticia inesperada. Danilo Bartulini pasó junto a Víctor Jara los últimos dias de vida del cantante en el Estadio de Chile. La entrevista terminó ya entrada la noche. Danilo hablaba pausadamente, con esfuerzo. Lo escuchaba sintiendo que un dolor inextinguible me oprimía el corazón.
Por inverosímil que parezca, Danilo se salvó por milagro y emigró de Chile. Me entrevisté con él en México, donde estuve en 1976 por artes del periodismo. Danilo Bartulin me habló del último combate del "compañero presidente". La conversación ya concluía cuando supe una noticia inesperada. Danilo Bartulini pasó junto a Víctor Jara los últimos dias de vida del cantante en el Estadio de Chile. La entrevista terminó ya entrada la noche. Danilo hablaba pausadamente, con esfuerzo. Lo escuchaba sintiendo que un dolor inextinguible me oprimía el corazón.
DANILO BARTULINI:
" Cuando me detuvieron, me llevaron al Estadio de Chile. Fué por la tarde del 12 de septiembre. Allí ya habia muchos prisioneros. Junto con otros presos nos ordenaron ponernos en fila con las manos en la nuca. De repente un oficial me reconoció:
- Es el médico de Salvador Allende.
El comandante Manrique, un fascista empedernido, se acercó a mi, desabrochó la funda, sacó la pistola y apuntandome a la cabeza dijo:
- Ha llegado tu hora.
Y dirigiendose a los soldados ordenó:
- Separenlo de los demás y dejenmelo a mí.
Me apartaron del grupo y me dieron un empujón que me tiró por tierra. Vi un grupo de jóvenes que los soldados iban arreando, apuntandolos con metralletas.
Al comandante le dijeron:
- Son los de la Universidad Técnica.
Los pusieron en fila también. Manrique recorrió la fila y señalo con el dedo a un preso:
- A ese me lo dejan a mí también.
No quería dar crédito a mis ojos. Se trataba de Víctor Jara. Varios soldados se animaron: "Aquí esta el cantante Jara...". Pero el oficial les cortó: - Este señor quiere pasar por otro. Es un líder extremista.
Poco después a Víctor y a mis nos separaron de otros prisioneros y nos metieron en un pasillo frió. Estuvieron pegándonos desde las siete de la tarde hasta las tres de la madrugada. Nos encontrábamos tumbados en el suelo sin poder movernos. Estábamos aislados de otros presos políticos. A eso de las tres de la madrugada vino un teniente que me invitó a sentarme. Empezó a preguntarme sobre Allende y me tendió un cigarrillo. Fumé. Mientras tanto, Víctor seguía tendido en el suelo. Le entregué la mitad del cigarrillo, puesto que el teniente no quiso dar otro a Víctor.
" Cuando me detuvieron, me llevaron al Estadio de Chile. Fué por la tarde del 12 de septiembre. Allí ya habia muchos prisioneros. Junto con otros presos nos ordenaron ponernos en fila con las manos en la nuca. De repente un oficial me reconoció:
- Es el médico de Salvador Allende.
El comandante Manrique, un fascista empedernido, se acercó a mi, desabrochó la funda, sacó la pistola y apuntandome a la cabeza dijo:
- Ha llegado tu hora.
Y dirigiendose a los soldados ordenó:
- Separenlo de los demás y dejenmelo a mí.
Me apartaron del grupo y me dieron un empujón que me tiró por tierra. Vi un grupo de jóvenes que los soldados iban arreando, apuntandolos con metralletas.
Al comandante le dijeron:
- Son los de la Universidad Técnica.
Los pusieron en fila también. Manrique recorrió la fila y señalo con el dedo a un preso:
- A ese me lo dejan a mí también.
No quería dar crédito a mis ojos. Se trataba de Víctor Jara. Varios soldados se animaron: "Aquí esta el cantante Jara...". Pero el oficial les cortó: - Este señor quiere pasar por otro. Es un líder extremista.
Poco después a Víctor y a mis nos separaron de otros prisioneros y nos metieron en un pasillo frió. Estuvieron pegándonos desde las siete de la tarde hasta las tres de la madrugada. Nos encontrábamos tumbados en el suelo sin poder movernos. Estábamos aislados de otros presos políticos. A eso de las tres de la madrugada vino un teniente que me invitó a sentarme. Empezó a preguntarme sobre Allende y me tendió un cigarrillo. Fumé. Mientras tanto, Víctor seguía tendido en el suelo. Le entregué la mitad del cigarrillo, puesto que el teniente no quiso dar otro a Víctor.
Casi tres días
estuvimos juntos Víctor y yo en el Estadio de Chile. A nosotros casi no nos
daban de comer. Engañábamos el hambre con agua. Víctor tenía la cara llena de
moretones y un ojo cerrado por la hinchazón.
Conversamos mucho en ese tiempo, Víctor me habló de su familia, de su mujer y sus hijas a quienes quería mucho, de sus espectáculos en el teatro y de las nuevas canciones que soñaba hacer... En el mismo estadio donde nos tenían presos, a Víctor le habían aplaudido cuando ganó el concurso de la Nueva Canción Chilena. Víctor se mostraba pesimista respecto a su destino. Pensaba que no saldría de allí. Traté de animarlo. Aunque presentía su próxima muerte, seguía siendo el de siempre. Se portaba con valor, con dignidad, no pedía gracia a sus torturadores..."
Conversamos mucho en ese tiempo, Víctor me habló de su familia, de su mujer y sus hijas a quienes quería mucho, de sus espectáculos en el teatro y de las nuevas canciones que soñaba hacer... En el mismo estadio donde nos tenían presos, a Víctor le habían aplaudido cuando ganó el concurso de la Nueva Canción Chilena. Víctor se mostraba pesimista respecto a su destino. Pensaba que no saldría de allí. Traté de animarlo. Aunque presentía su próxima muerte, seguía siendo el de siempre. Se portaba con valor, con dignidad, no pedía gracia a sus torturadores..."
Jara: Víctor Jara, cantautor asesinado en el Estadio
Chile (actualmente denominado Víctor Jara) por los militares en el golpe de
estado de 1973
Víctor Lidio Jara Martínez (San Ignacio, 28
de septiembre de 1932
- Santiago de Chile, 16
de septiembre de 1973)
fue un músico,
cantautor
y director de teatro chileno.
Procedente de una
familia campesina, Víctor Jara se convirtió en un referente internacional de la
canción reivindicativa y de cantautor. Fue torturado y asesinado en el antiguo Estadio Chile por las
fuerzas represivas de la dictadura militar que derrocó al gobierno de
Salvador
Allende, el 11 de septiembre de 1973.
Discos de estudio
§
(1967) Víctor Jara
§
(1968) Canciones Folclóricas de América
§
(1969) Pongo en tus manos abiertas
§
(1970) Canto libre
§
(1971) El derecho de vivir en paz
§
(1972) La Población
§
(1973) Canto por travesura
LETRA
DE “EL APARECIDO” QUE CANTA ISMAEL EN HOMENAJE A VICTOR JARA
Abre sendas por los cerros,
deja su huella en el viento,
el águila le da el vuelo
y lo cobija el silencio.
Nunca se quejó del frío,
nunca se quejó del sueño,
el pobre siente su paso
y lo sigue como ciego.
Correlé, correlé, correlá
por aquí, por allí, por allá,
correlé, correlé, correlá,
correlé que te van a matar,
correlé, correlé, correlá.
Su cabeza es rematada
por cuervos con garra de oro
como lo ha crucificado
la furia del poderoso.
Hijo de la rebeldía
lo siguen veinte más veinte,
porque regala su vida
ellos le quieren dar muerte.
deja su huella en el viento,
el águila le da el vuelo
y lo cobija el silencio.
Nunca se quejó del frío,
nunca se quejó del sueño,
el pobre siente su paso
y lo sigue como ciego.
Correlé, correlé, correlá
por aquí, por allí, por allá,
correlé, correlé, correlá,
correlé que te van a matar,
correlé, correlé, correlá.
Su cabeza es rematada
por cuervos con garra de oro
como lo ha crucificado
la furia del poderoso.
Hijo de la rebeldía
lo siguen veinte más veinte,
porque regala su vida
ellos le quieren dar muerte.
Guevara: Ché Guevara, revolucionario de los años 60 muerto en Bolivia
Fito: Fito Páez, cantautor argentino
Rodolfo Páez Ávalos, más conocido como Fito
Páez, es un músico y compositor argentino de rock.
También es director y guionista de cine. Por la calidad y repercusión de sus obras musicales es
considerado uno de los máximos compositores de rock de la Argentina.
Discografía
Pisco: licor típico de Chile y Perú
Silvio: Silvio Rodríguez, cantautor cubano
Los pacos: nombre que se le da a la policía en Chile
Los Parra: Violeta Parra e hijos, familia chilena renovadores del folklore y la música popular
La
Familia Parra o el Clan Parra es una familia chilena, muchos de
cuyos componentes se han destacado en el cultivo de la música y la literatura,
dentro de otras disciplinas.
Te recuerdo Amanda: canción emblemática de Víctor Jara
Te Recuerdo
Amanda
Texto y música de Víctor Jara Canción-vals |
|
Te recuerdo, Amanda,
la calle mojada,
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
la calle mojada,
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha,
la lluvia en el pelo,
no importaba nada,
ibas a encontrarte con él.
la lluvia en el pelo,
no importaba nada,
ibas a encontrarte con él.
Con él, con él, con él, con él.
Son cinco minutos. La vida es eterna en cinco minutos.
Suena la sirena. De vuelta al trabajo
y tœ caminando lo iluminas todo,
los cinco minutos te hacen florecer.
Son cinco minutos. La vida es eterna en cinco minutos.
Suena la sirena. De vuelta al trabajo
y tœ caminando lo iluminas todo,
los cinco minutos te hacen florecer.
Te recuerdo, Amanda,
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha,
la lluvia en el pelo,
no importaba nada
ibas a encontrarte con él.
la lluvia en el pelo,
no importaba nada
ibas a encontrarte con él.
Con él, con él, con él, con él.
que partió a la sierra,
que nunca hizo daño. Que partió a la sierra,
y en cinco minutos quedó destrozado.
Suena la sirena, de vuelta al trabajo
muchos no volvieron, tampoco Manuel.
que partió a la sierra,
que nunca hizo daño. Que partió a la sierra,
y en cinco minutos quedó destrozado.
Suena la sirena, de vuelta al trabajo
muchos no volvieron, tampoco Manuel.
Te recuerdo, Amanda,
la calle mojada,
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
la calle mojada,
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
Hermosa canción y todo lo que públicas sobre ella es super interesante!!
ResponderEliminarMuchas gracias, trato de buscar el significado y lo que incorpora en cada cancion Ismael, ya sea libros poetas lugares etc Ademas me lei todas las entrevistas (o cas todas) y saco frases de Ismael referidas a cada cancion. Cada semana subire una distinta hasta completar todos los discos. Saludos
EliminarExcelnte trabajo Pablo...gracias, para una que es de Chile esta canción es simple...pero hiciste un tremendo aporte para los serranianos del mundo!
ResponderEliminarClaudia, gracias por tus palabras. Soy un simple admirador de las letras y las canciones de Ismael.
EliminarTrato de buscar las referencias que aparecen en las canciones, como hechos historicos, personajes, lugares, artistas, etc. y pasajes de entrevistas o frases de Ismael. Te invito a que sigas visitando el Blogg ya que tengo el analisis de todas las canciones y las voy subiendo cada semana, Saludos